«La novia de Poznań». Entrevista a Jorge González
27 de abril de 2014
PLATAFORMA NUEVOS REALIZADORES: Bienvenido Jorge a nuestro test. La novia de Poznań es el trabajo que podremos ver el próximo viernes 17 de enero en la Filmoteca Española en el que eres guionista, montador, operador, director de fotografía y director. ¿Por qué decides cubrir todos los puestos y como es una experiencia así?
JORGE GONZÁLEZ: Siempre he envidiado aquellas artes que se pueden llevar a cabo en la intimidad, donde el creador mide sus tiempos y tiene su espacio para respirar, probar, errar y volver a intentarlo. Normalmente el proceso creativo en la literatura, la pintura, la escultura, la composición musical, etcétera, se desarrollan o pueden desarrollarse en soledad, con plena concentración, con las ventajas que conlleva el trabajo con uno mismo, esto es, “madurar el trazo” sin la presión de un reloj o de un equipo que espera soluciones rápidas y eficaces.
Durante mucho tiempo, como cineasta, me he dejado impresionar por la cantidad de gente que se mueve para un largometraje e incluso para un trabajo de cine “sencillo” como es un cortometraje. Me he sentido, de hecho, paralizado a la hora de levantar un proyecto debido a la magnitud de esa pirámide jerárquica que se crea en los equipos cinematográficos. Me ha llevado tiempo comprender que no debo adaptarme yo a esa convención o sistema para hacer cine, sino que debo adaptar “el cine” al lugar donde yo me sienta cómodo. Decía Jean Rouch que se oponía a los equipos de rodaje y que el director debía ser también el cámara. Yo no soy tan categórico, pero sí es cierto que a mí me gusta llevar la cámara. Y también es cierto que a no ser que el equipo sea muy reducido, no creo que jamás me sienta cómodo y feliz haciendo cine.
Desde luego no intento decir que algo deba cambiar en la industria en cuanto al proceso de hacer cine, digo lo que a mí particularmente me funciona. Cada uno debería rodar como se sienta cómodo, sólo con comodidad y sin presiones pueden brotar las cosas con sinceridad y con mimo. ExceptuandoCatarsis Bioépica, en mis anteriores proyectos he trabajado con equipos tales que se cubrían más o menos todos los departamentos del rodaje, me resultaba más cómodo porque en ellos codirigía con Julio Mora y esta cesión parcial de responsabilidad me permitía centrarme más en ciertos aspectos creativos durante el rodaje.
En el caso particular de La novia de Poznań, la realidad ha sido un poco accidental, porque este cortometraje comenzó como un trabajo universitario y pensé que, con un poco de gusto y dedicación, podría hacer el trabajo yo solo. Rodando sólo con luz natural en exteriores, “pegándome a las ventanas” en los interiores, y eliminando la toma de sonido directo –hay tan sólo un sonido ambiental recogido por la propia cámara- me acerqué bastante al proceso de intimidad creativa de un escritor o de un pintor. Más tarde, una vez montado, fue cuando vi cierta potencialidad y posibilidades para convertir La novia de Poznań en “algo más”, y decidí anadir otras secuencias y perfilar el montaje para dar al corto una factura más sólida y poder estrenarlo y distribuirlo por festivales.
PNR: En tu corto está muy presente la filosofia de Sygmunt Bauman. ¿Cuándo descubriste a este autor y que te motivá a hacerle el eje central de esta historia?
JORGE: Se puede decir que mi encuentro con Bauman fue en primer lugar azaroso y en segundo, deliberado. Como he dicho, La novia de Poznań comenzó como un trabajo universitario donde debíamos hacer un proyecto audiovisual basándonos en los pensamientos de algún sociólogo de la cultura occidental. Entre los que barajamos, además de Sygmunt Bauman, estaban Baudrillard, Bourdieu, García Canclini, Manuel Castells, y los sociólogos más destacados de varias generaciones de la Escuela de Frankfurt: Horkheimer, Marcuse, Adorno, Habermas, Honneth…
Me llamó la atención el “pensamiento líquido” de Bauman. Su simbología sólida-líquida me pareció bastante ilustrativa y de aquí vislumbré posibilidades creativas. Según Bauman, la modernidad líquida –en la que vivimos hoy- es una figura del cambio y de la transitoriedad: “los sólidos conservan su forma y persisten en el tiempo: duran; mientras que los líquidos son informes y se transforman constantemente: fluyen”. Por otro lado, su propia biografía me permitió acercar a Eva, la protagonista, a la invasión nazi de la cual, el autor polaco, tuvo que huir durante su adolescencia. Aunque en su obra Modernidad y Holocausto Bauman teoriza sobre la barbarie nazi, preferí no plasmar en la película sus ideas sobre este punto y utilizar solamente el holocausto como marco comparativo para que Eva reflexionase. De esta forma, ella puede “viajar” a un tiempo donde las “desconexiones sociales” fueron consecuencia forzosa de la guerra y establecer una irónica comparación con las desconexiones sociales actuales en tiempos de “no guerra” que, curiosa y lamentablemente, son parte indisoluble de la modernidad líquida.
PNR: ¿Qué es Faroni cinematógrafo?
JORGE: Faroni Cinematógrafo es una productora creada en 2004 por Julio Mora y por mí, y que fue concebida para dar salida a nuestros propios proyectos cinematográficos. La mayoría de estos proyectos son obras de ficción cuyos guiones y puesta en escena son llevados a cabo por nosotros mismos. Desde su creación, Faroni Cinematógrafo ha apostado siempre por un cine artesanal, y ha trabajado con medios sencillos, huyendo, en la medida de lo posible, de la espectacularidad gratuita, de las tendencias del momento, de “estar a la última”. Julio y yo tenemos muchos puntos en común, pero al mismo tiempo diferentes inquietudes y diferentes maneras de expresarlas, lo que creo que en definitiva puede enriquecer y dotar de eclecticismo a los trabajos de Faroni Cinematógrafo.
El nombre de Faroni nace como homenaje al entrañable personaje de la novela de Luis Landero, Juegos de la edad tardía. Tanto el libro como el personaje eran un punto de conexión entre Julio y yo. Por un lado, el personaje de Faroni, un quijotesco soñador, estaba muy en la línea de la psicología de los héroes de nuestras ficciones. Por otro, la propia novela constituía en definitiva el prototipo perfecto de lo que consideramos que ha de ser una obra de arte.
PNR: El año que viene cumplís 10 años haciendo trabajos audiovisuales sobre todo de ficción. ¿Nos puedes hablar de algún nuevo proyecto?
JORGE: Tenemos dos proyectos por estrenar. Uno de ellos se estrenará este año 2014. Se trata de Amor a la de tres, una comedia romántica absurda. Aunque en el fondo no tanto, porque creo que muestra bastante bien la incapacidad comunicativa de la sociedad de hoy, precisamente en un momento donde nos sobran tecnologías para facilitar esa comunicación.
Por otro lado voy a comenzar en breve el montaje del mediometraje Media Muerte, que espero poder estrenar lo antes posible, pues es un proyecto con el que llevamos ya varios años.
PNR: Llega el turno de nuestro test. Excusa perfecta para poder charlar un rato…¿Manuel Martín Cuenca, Marcelo Piñeyro, Daniel Sánchez Arévalo, Patxi Amezcua o Mariano Barroso?
JORGE: Me gustan mucho estos directores, pero siempre he sido más afín a Buñuel, Erice, Rovira-Beleta, Berlanga, Neville, Saura y Fernán-Gómez.
PNR: ¿Tito Valverde, Quim Gutiérrez, Antonio de la Torre o Javier Cámara?
JORGE: Es difícil valorar, cada actor tienen su propio color. He disfrutado con las interpretaciones de la mayoría de ellos, sin duda.
PNR: Muchas gracias por atendernos. Desde la PNR te deseamos un 2014 genial de Cine.
JORGE: Gracias a vosotros, de verdad, deseo lo mismo para la PNR, que significa un grandísimo apoyo para nosotros.